Corceando 2/2

La tarde estaba pesada, la amenaza de tormenta hacía que todos tuviésemos la cabeza un poco espesa. Los corzos parecía que tenían la misma sensación, ya que estaban todos encamados, pero como no hay quien les entienda, avanzábamos poco a poco con ilusión registrando cada arbusto con nuestros prismáticos.

Íbamos en busca del corzo que había visto mi padre corriendo esta mañana casi de noche, tenía buena pinta según él y Julito. Es la primera vez que lo medio ven, pero ya se sabe que la primera impresión es la que cuenta. Así que ahí estábamos Julito y yo moviéndonos entre las aliagas.

Nos empezamos a asomar poco a poco por una loma,y... ¡Ahí está! ¡Ni te muevas! Como si llevásemos meses practicando la coreografía nos agachamos suavemente, Julito echa las manos a los prismáticos mientras yo cojo el medidor de distancia.

Julito: "¡Es él! "

Yo:"50 metros"

El corzo siente algo y se nos queda mirando. Esta cruzado pero detrás de un arbusto.

"¿Saco la cámara?"

"Como se te ocurra moverte te mato."

La curiosidad le pica, y poco a poco el corzo se empieza acercar para comprobar que son esos dos bultos que asoman por le viso. Yo tenso el arco suavemente, para intentar aprovechar la primera oportunidad. No quiero ni mirarle los cuernos, cuando un corzo es bueno se ve a simple vista y me estoy poniendo cardíaco. Quiero que acabe esta tensión cuanto antes, pero le oigo susurrar a Julito..

"Espera que se cruce, espera que se cruce.."

La distancia se va acortando. 50 metros, 45, 40, 35,.. pero todo el rato de frente, ¡que tensión!. A unos 30 metros de ojimetro el corzo se para. Mucho ha aguantado ya, el siguiente movimiento ya me lo conozco..

"No tires, espera que se cruce."

" Va a ser que no"

Meto el pin en el lomo, burbuja, relajo mano, acaricio el gatillo y.. ZAS!!! La flecha vuela tensa, y del impacto el corzo se cae al suelo. Da un par de vueltas y se recupera un poco. Lleva la flecha en el lomo y le sale por el trasero, el corzo va tambaleándose. Yuhuuuu!!!! Lo conseguimos!! La ilusión de la celebración solo se vio interrumpida por una frase desconcertante de Julito, no venía a cuento..

" ¡Allí hay un tío! "

"¿¿Que dices?? ¡La virgen! Cab***, eeeee!!!! oyeeee!!!! *^:>!#!!"

No podía creer lo que estaban viendo mis ojos. ¡Un furtivo se acaba de levantar a 70 metros de un arbusto y estaba apuntando a mi corzo apoyado en una vara! ¡Si no llego a gritar me hubiese rematado el corzo! Todo era surrealista..

El vecino, que al parecer ya conocía el corzo, huye de la escena sin dar tiempo a contactar con los de medio ambiente. ¡Ahora si que era el momento de sacar la cámara de vídeo!

Todavía se me hace difícil de creer... Habíamos entrado tan suave a la hondonada, que el "cazador"que estaba escondido en nuestro coto ni nos había visto llegar. Al no meter el ruido el arco, ¡ni siquiera se había enterado que habíamos disparado!.

Una vez más, se hace presente lo importante que es en la caza la suerte. Llegamos a llegar al sitio unos minutos antes, y hubiésemos visto al furtivo preparándose el aguardo, y si llegamos a llegar unos minutos más tarde, le hubiésemos visto sacando el corzo. Por los pelos no nos ha robado el corzo delante nuestro. Ni quiero imaginarme el desenlace si hubiese disparado cuando estaba apuntando al corzo a 30 metros, no solo por el peligro, si no por que hubiese matado a parte del corzo, el sueño de una persona. Espero que se haga justicia.

¡El caso es que ya no sabíamos con tanto lío que había sido del corzo! Afortunadamente todo acabo bien, y tras un breve rastreo encontramos el corzo.

Creo que no hace falta ni describir la ilusión. Han sido muchos años detrás de los duendes, y por fin había conseguido cobrar un corzaco con el arco... La de veces que había imaginado este día, y por fin se hacia realidad. La espera había merecido la pena.¡¡¡Que cañaaa!!!!

Suerte a todos esta temporada.

Pedro Ampuero