Ninguno pudimos dormir aquella noche de los nervios. Nos levantamos y había niebla y para cuando esta se fue no había ya ni rastro de los carneros. Nuestra única opción se había desvanecido. No conseguimos verlos de nuevo.
Empezamos a mirar con los prismaticos por la zona y localizamos dos machos bonitos no lejos del campamento. El de arriba nos estaba dando una oportunidad. Fue tentador coger el rifle, pero despues de todo el entrenamiento tenía que al menos intentarlo una vez, aunque me volviese de bolo. ordago a mayor. 
Los carneros comían a media ladera tranquilos. Así que di un rodeo para ponerme por encima de ellos, mientras Jeremy se quedo debajo controlando en caso que se moviesen. Después de una hora, todo paso como lo habíamos planeado, y los carneros pasaron muy por debajo mío. Tras fallarle y pensando que había perdido ya mi oportunidad, el carnero antes de volcarse al siguiente valle se para unos segundos. Nunca olvidare el segundo que la flecha tardo en recorrer los 80 metros que nos separaba, ese ruido seco, y ver la flecha colocada perfecta detrás de su codillo. El carnero corrió diez metros y empezó a rodar ladera abajo.. Fue el mayor subidon de adrenalina que tendré nunca!!
Un sueño hecho realidad.. No podía estar más feliz... Es difícil expresar los sentimientos y cualquier cosa que escriba se quedaría corta.
No nos podíamos creer que lo hubiésemos conseguido en el tiempo de descuento. Increíble!
Tomamos nuestra mejor comida de la historia, y el trabajo duro empezó. Sacar toda la carne del carnero...
Nos metemos en la cama para intentar descansar. Teníamos dos días duros por delante, pero sarna con gusto no pica. Ya en el saco, recuerdo que me costaba asimilar todo lo sucedido, y no sabía si era todo un sueño y todavía no me había levantado..
Suete a todos en el campo,
Pedro Ampuero
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