Recogimos todo el campamento de nuevo y seguimos avanzando al valle siguiente.
Estaba lloviendo pero al menos no había niebla. Decir que aquella mañana parecía especial ya que vimos unos ptarmigans y una weasel, que era el animal de la suerte del guía. Era una inyección de fe.
Hacia el final de la mañana por fin localizamos un grupo de carneros, en el que había dos tirables. Era dificil juzgarles ya que estaban al fondo del valle, como a un día andando.
Era emocionante tener al menos un objetivo, así que nos dirigimos valle abajo lo más rápido que podíamos.
El día siguiente era nuestro último día de caza, así que teníamos que sacar lo mejor de nosotros para que contase. Necesitabamos el dia 10 y 11 para llegar a una pista de aterrizaje, que aunque no sabíamos exactamente donde estaba, viendo le mapa calculábamos más de un día en llegar..Probamos de camino le arco por ver si se había movido en este tiempo. 50 metros... Perfecto. Estábamos listos para el ataque.
Vimos como los carneros se tumbaban en la cima de una montaña. Instalamos campamento escondido y esperamos para intentarlo al día siguiente.
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