martes, 9 de agosto de 2011

Tiempo de recogida de la cosecha

La temporada llegaba a su fin, y afortanudamente recibimos unos permisos de corzo en otra zona en la que solemos cazar la menor. Allí nunca antes habíamos tenido la oportunidad de cazar el corzo, así que con solo una semana por delante teníamos que ponernos las pilas.

Explorar nuevos territorios es algo siempre inquietante, y el primer día lo dedique junto a mi amigo Fernando a recorrer el terreno intentado dar con algún macho que mereciese la pena. Aquello es muy abierto, y se domina muchísimo con los prismáticos, aunque con lo pequeñajos que son los corzos desaparecen en cualquier lindero.

Pudimos ver alguna corza solitaria, pero ni rastro de los machos.
Aprovechamos también para ver un poco que tal se presenta la media veda este año. Es impresionante como cada vez cosechan antes, y da un poco de pena ver a estas alturas muchas tierras ya recogidas. Codornices levantamos un par, y alguna pollada de perdiz se ve, solo falta ver cuantas llegan a octubre.
A última hora de la tarde, y ya con la última luz, conseguimos ver un macho junto a una corza que tiene buena pinta. Aunque enseguida traspone una ladera y lo perdemos de vista. ¡Ya teníamos plan para la mañana siguiente!.
A la mañana siguiente de noche ya estaba andando solo poco a poco para entrar a la zona en la que había visto al corzo. La idea era intentar cortarle el paso cuando subiese a encamarse después de comer en la zona más húmeda de la parte baja de la ladera.Y así fue...

La luz del día empezaba a levantarse, y mientras tanto, yo avanzaba lentamente rastreando minuciosamente con los prismáticos toda la ladera. De repente, vi al corzo que venía subiendo ligero, y me apresure a colocarme en lo que intuía que era su dirección.
A algo más de cuarenta metros, el corzo se asoma por un lindero y se para. No lo dudo, tenso el arco, pongo el pin, acaricio el gatillo y zak! El sonido ha sonado a hueso, y aunque las primeras sensaciones eran buenas, el corzo se ha movido al oir la flecha y el tiro ha sido malo.

Me quedo observando su huida, y poco a poco a paso lento traspone la ladera junto a la corza. No me gusta nada este tipo de situaciones y tengo el corazón en un puño. Me apresuro y cojo el coche para rodear el monte e intentar localizar al corzo desde la ladera de enfrente a la que le había visto dirigirse.

No tardamos en localizar a la corza, pero va sola. El macho se ha debido de encamar. Le damos tiempo y observamos cada esquina con los prismáticos, no hay que apresurarse. Al cabo de un buen rato vemos al macho levantarse y moverse unos 100 metros fastidiado a encamarse en otra esquina. Estoy realmente triste, ya que no me gusta nada ver a los animales sufrir, y me pongo en marcha para localizar un rifle para rematarlo.El terreno es tan abierto que intentar entrarle con el arco en donde esta encamado es muy complicado y no quiero tomar el riesgo de que esto se alargue más.

Así que llamo a la AEPES (Asociacion Española del Perro de Sangre) para ver si consigo el teléfono de algún rastreador de Burgos, ya que no consigo dar con Federico. Finalmente y tras las indicaciones de Alvaro miro el listado de conductores de perros de sangre de la página web y busco el teléfono de Ramón. LISTADO Hablo con Ramón y él se encarga de llamar a Federico a casa ya que se encuentra mucho más cerca.

A lo pocos minutos estoy contándole el panorama a Federico por teléfono, y no lo duda un momento en venir a mi auxilio armado hasta los dientes. ¡¡La AEPES funciona!! A todo esto, el Jefe atacado de los nervios se encuentra en carretera rumbo al coto.¡Es un crack!

A todo esto, el corzo se vuelve a levantar por segunda vez y se encama en medio de un lindero controlando todo. Esta vez puedo verle con el spotting perfectamente. Que llegue pronto que no puedo seguir viendo esta imagen..
El salvador no tarda en llegar y montamos un plan rápidamente. Federico cubriria la huída y yo intentaría entrarle con el rifle para rematarlo. Fernando dirigiría la orquesta desde donde estábamos controlando todo.

Después de una bonita entrada puedo ponerme a distancia de tiro del corzo tumbado, y lo dejo planchado en el sitio terminando lo que había empezado. ¡Que descanso! ¡Yuhuuu! ¡Te debo una Federico!
Aunque intentemos hacer siempre todo bien, hay veces que las cosas no salen como queremos, pero hay que intentar resolverlo de la mejor manera posible.Nada de esto hubiese sido posible sin la ayuda de los amigos, ¡así que gracias por todo!. Agradecer a la AEPES también su inmensa labor en este campo.
Al poco rato llego el Jefe después de dos horas de coche para unirse a la celebración. ¡Así da gusto!

Suerte a todos en el campo,

Pedro Ampuero

4 comentarios:

  1. Enhorabuena Pedro por esa jornada de caza tan interesante.
    Me ha gustado mucho tu relato.
    nos vemos

    ResponderEliminar
  2. Necesitas un arco mas poderoso, jejeje

    Buen relato y Felicidades Pedro!!!

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena Al final donde le diste con el arco? Se agacho ? Alvaro

    ResponderEliminar

Tu opinión nos interesa! Dejar un comentario es solo cuestión de segundos.

Gracias!