El primer lance que recuerdo fue una entrada a una piara en un billabong. Pope, ni corto ni perezoso, se metió con el agua hasta las rodillas dentro de él para recechar dos animales que se encontraban en un pajizal. Tras unos minutos, soltó la primera flecha del viaje, o la segunda, dándole perfectamente a un ejemplar adulto que tras andar 10 metros, decidío tumbarse allí mismo y morir en el sitio. Un minuto más tarde, misma historia y otro animal muerto. Treinta segundos más tarde, otro tiro y un fallo que provocó la huida de todo el grupo. Un rececho de libro, típicamente australiano. De recuerdo, Pope se sacó del agua unas pocas sanguijuelas adheridas a sus piernas.
El equipo usado por Pope fue un Bear Borsalino, tiene unos añitos este poleas, con tubos Easton Axis y puntas Wensel Woodsman.
Mi primer animal fue abatido tras muchas horas de caminata, llegamos a un arroyo y decidimos esperar media hora. Cuando nos íbamos vemos llegar un grupo de jabalíes que sin dudarlo ni un segundo se meten dentro del agua como locos. Tras un breve rececho y usando un termitero para ocultarme, consigo tirar, a escasos tres metros, a una hembra adulta. El tiro, de atrás-adelante, hace que el animal se desplome tras salir del agua y tras otra flecha de remate es mío.
Uno de los mejores animales lo cazamos a primera hora de la mañana, tras un rececho en una zona donde estaba el cadáver de un ternero. Tras una corta aproximación, vemos un buen macho merodeando alrededor del cuerpo putrefacto si bien parecía que no estaba alimentándose en el y se disponía de inmediato a meterse de nuevo en el bosque. Es ahí cuando tiene un momento de duda, se detiene, y desde 23 metros, Pope, con su recurvado le coloca una flecha con total precisión, traspasándole en su totalidad y tras una carrerita loca damos con el precioso macho ya muerto. En este caso Pope usó su recurvado, el riser es "casero" diseñado por él y construido por un amigo. Las palas son unas ILF de tiro, alrededor de las 55 libras.
Esto de correr tras los animales suena a locura pero es habitual allí. Mi primer macho fue abatido tras un rececho en un billabong, animal que se acerca, yo me acerco a él y le tiró con el poleas, tal vez un tiro arriesgado, que le parte la paletilla. Duda, se mueve, avanza unos metros, parece que se cae y de la misma, empieza a trotar ¿que hicimos? correr tras él y después de correr 500 o 600 metros le pude lanzar la segunda, pulmon pero alta y la tercera, perfecta. Más de 600 metros de carrera continua a unos 60 metros por detrás de un macho de buen tamaño. El guía alucinaba y de hecho salimos tan rápido que nos perdimos ¡¡ no pudo seguirnos !! y eso que llevábamos poleas, mochila, agua, cámaras...el subidón de adrenalina fue increíble. Mas subidón fue encontrarnos perdidos sin guía en la mitad del outback y a 12 kilometros del campamento, totalmente desorientados tras la carrera. Tras un breve análisis de la situación para tranquilizarnos, en media hora ya estábamos con él, así que todo acabó con risas y un ¡¡¡ fucking crazy running people !!!
Si ese fue emocionante, el último macho fue de infarto. Más de lo mismo, un tremendo macho alimentándose en un billabong. Un bonito rececho me deja a 35 metros de él. Un tiro estupendo le atraviesa de lado a lado dejándo la flecha clavada en el agua. El viejo jabalí recorre 30 metros y se detiene, no se cae....esperamos...no se cae...esperamos...no se cae...cinco minutos...no se mueve y no se cae...mierda, debe estar lleno de arena...Decidimos ir a por él de nuevo, avanza un poco, parece que lo perdemos ya que está a punto de meterse entre los matorrales, telémetro a 35 metros, le alcanzo de nuevo, pero va alta, el animal se mete en lo más sucio dándome opción sólo a un tiro desde atrás. De repente, Mick me agarra del brazo y me dice que por mi madre que le tire de nuevo ya que esta preparándose para cargarnos así que afino y le va perfecta, detrás de la última costilla y hasta su pecho, saliéndo parte del tubo por delante. El animal es capaz de dar dos pasos más pero cae. Creo que mis gritos se oyeron hasta en Singapur. Montamos un buen jolgorio porque Mario y mi hermano Alberto me acompañaban. Un lance y un animal así justifican cualquier viaje.
Como dato curioso, el rastro de sangre desde el billabong hasta el punto donde estuvo 5 minutos detenido era evidente. Desde ese punto hasta donde murió, unos 50 metros, el rastro era nulo, cero, ni una gota. En ese período de tiempo ya había sido capaz de detener la hemorragia.
En estos tres animales usé el Whisper Creek de mi hermano, unas 65 libras, tubos Beman MFX, puntas Hunor y Muzzy Phantom sin sangradores. Estas puntas nos dejaron algo desilusionados, ya daremos más datos.
Foto: Este se despisto un rato y pasó junto al quad...
Uno de los momentos más auténticos del viaje fue el último día. Tras recorrer 30 km de coche campo a través, incluso derribando algún árbol, llegamos a una zona donde existía un billabong, la zona era remota y alejada de todo lo que habíamos visto. No tardamos en ver algo más de 80 jabalíes comiendo en las embarradas orillas e iniciamos el rececho, Aitor, Alberto, Mick, y yo mismo, Jorge. El bullicio era tal que aproximarse a los machos era imposible sin asustar a las piaras así que decidimos esperar un poco, confiando en que se moviesen un poco y tener alguna opción a los ejemplares más grandes. Tuvimos que meternos en el agua, hasta las rodillas para que Alberto pudiese tirar a una hembra adulta y con un buen tiro el animal no anduvo demasiado. Otra flecha impactó en otro ejemplar, pero este, a pesar del buen tiro, recorrió unos metros y se debió hundir en el billabong por lo que cobrarlo fue imposible.
Próximamente, mas lances y más fotos...
Foto: Descansando y pensando en la próxima